martes, 23 de octubre de 2012

¿Invertir o gastar las utilidades?

Ernesto Hontoria López

¿Qué hacer con las utilidades?

Cada año al recibir las utilidades nos toca decidir qué hacer con ellas, lo cual nos da una excelente excusa para revisar nuestra situación financiera y ajustar los planes para alcanzar las metas que nos hemos propuesto. Si no hemos establecido ninguna meta tal vez ha llegado el momento de preguntarnos: ¿De qué vamos a vivir cuando ya no podamos trabajar? ¿Cómo vamos a financiar los estudios de nuestros hijos sino consiguen un cupo en las universidades del estado? O bien, ¿cómo podemos adquirir una vivienda propia? Las decisiones financieras hay que pensarlas un poco, por lo cual conviene que  dediquemos un tiempo a estudiar cuáles son nuestras opciones de gasto o inversión, y entre ellas cuáles nos pueden resultar más beneficiosas.

Empecemos por decir que no hay una receta mágica para determinar qué es lo que más le conviene a cada quién, y que, además, cada quién está en una situación que le es muy particular. De modo que de poco valdrían las recetas: nos toca hacer nuestra propia tarea de decidir qué nos conviene. Debemos entender también que el futuro es incierto y que cualquier decisión que tomemos, por más segura que nos parezca, tiene algún riesgo.

¿Qué preguntas debe hacerse un trabajador que recibe sus utilidades? ¿Debe gastarlas o invertirlas?

La decisión de gastar o invertir es una decisión personal que depende mucho del momento que estemos viviendo. Si uno es joven, soltero, sin mayores compromisos familiares, con toda la vida por delante, tal vez valga la pena gastarse esas utilidades en un buen viaje, que nos enriquezca la vida como persona. A lo mejor nos gusta la música y queremos ir a un buen concierto en el exterior, o quizás nos maten las ganas de ir a ver lanzar a Santana en las grandes ligas. Si no hay mayores compromisos y las utilidades alcanzan, dense el gusto que tanto han soñado, ¡que la juventud hay que disfrutarla! Claro que, si lo que quieren ver es el debut de la vinotinto en el mundial Brasil 14, les toca ahorrar bastante.

En una situación diferente están quienes sostienen a una familia y deben pensar, por ejemplo, en pagar un colegio, o la universidad de los hijos, o cambiar de carro, o comprarse una casa. En este tipo de situaciones las decisiones hay que tomarlas con mayor cuidado.

Recomendaría que pongan sobre la mesa todas las opciones que tienen para gastar o invertir, los recursos con que cuentan, y las obligaciones que necesariamente deben afrontar. Cada opción tiene un costo, un beneficio y un riesgo asociado. En primer lugar están las deudas que ya se tienen contraídas, hipotecas, créditos para comprar el carro o los muebles, y las tarjetas de crédito. En segundo lugar están las opciones de ahorros que tenemos fácilmente al alcance de la mano: libreta de ahorro, la cuenta corriente y los fideicomisos. En tercer lugar las oportunidades de negocio o de inversión: el cuñado que quiere comprarse un taxi y nos quiere meter de socio, la bolsa de valores, montar un negocito, comprar unos dólares. Por último las opciones de gastos: comprar un celular inteligente, hacerse las lolas o la liposucción, viajar, comprarse un carro.

Si se ponen a ver lo que al final de cuentas estamos decidiendo es: en qué es lo que realmente queremos gastar y cuándo lo vamos hacer. Si decidimos pagar las deudas, el gasto en intereses que estamos pagando mensualmente va a disminuir y tendremos más dinero para gastar en el futuro. Es equivalente a subirnos un poco el sueldo, sin que tengamos que pagar más impuesto sobre la renta. Si optamos por ahorrar es porque queremos comprar algo en el futuro, quizás una casa que hoy no podemos pagar, o tal vez ¿la comida cuando ya no podamos trabajar? Si invertimos en un negocio es porque queremos ganar más dinero para tener un nivel de vida mejor y comprar más bienes y servicios de los que hoy podemos adquirir. Si optamos por comprarnos algo ahora, es porque lo que estamos comprando, nos da más felicidad que el posible bien que podamos comprar en el futuro. De manera que el primer paso es fijar las prioridades: ¿Qué es lo que realmente queremos comprar: una casa o un celular, unas lolas postizas o la educación de los hijos, un viaje o una pensión para la vejez?

¿Qué instrumentos de la banca comercial venezolana son los más convenientes para aquellos que decidan ahorrar?

Uno de los mayores inconvenientes de ahorrar en Venezuela es la inflación. Al ser las tasas de interés pasivas (las que pagan las cuentas de ahorros) inferiores a la inflación, los ahorros de la gente comprarán menos cosas en el futuro, de lo que podrían comprar hoy. Una opción para protegerse de la inflación y la devaluación es ahorrar en divisa extranjera. Para hacerlo por la vía oficial, los venezolanos deben comprar los bonos de deuda soberana o de PDVSA cuando el gobierno haga las emisiones.

Estas emisiones no se hacen todos los días, y cuando se hacen la demanda es tan grande que el gobierno coloca la oferta en poco tiempo. Por ello conviene estar preparado para cuando lancen la bola. Los primeros pasos son tener el dinero y una cuenta de inversión en un banco. Mientras espera la emisión de deuda, la cuenta en bolívares puede estar ganando un 12 o un 14 por ciento de interés, que, aunque no compensa la inflación, ayuda a mitigarla un poco. Más tarde tocará abrir una cuenta en dólares para recibir los intereses que paguen los bonos que se compran. La ley de bancos acaba de ser modificada para permitir a la banca nacional mantener cuentas en dólares, aunque aún no está muy claro cómo va a ser el procedimiento.

Para el corto plazo los bancos cuentan con opciones como la compra de papeles comerciales y los certificados de ahorros.

¿Conviene invertir en la caja de ahorros de la empresa?

La caja de ahorros de la empresa es una opción adicional de inversión que tienen algunos trabajadores afortunados. Por lo general, cuando la empresa tiene caja de ahorros, el trabajador deposita una cantidad de su salario, y la empresa deposita en nombre del empleado otro tanto. Para determinar si vale la pena o no invertir las utilidades en la caja de ahorros, el empleado debería conocer, primero, si estos aportes generarán una contribución adicional del empleador, y segundo, cuál es el rendimiento o interés que reciben los ahorros ahí depositados. Después de conocer esto le tocará determinar cuál es el rendimiento que podría obtener de invertir sus utilidades en otros instrumentos de ahorros de la banca comercial, o los costos en que dejaría de incurrir si amortizara las deudas que tiene pendientes (empezando por las tarjetas de crédito). Le convendrá invertir en el que más rendimiento le ofrezca, que muy probablemente será pagar las deudas de las tarjetas de crédito.

Otras consideraciones a tomar en cuenta son los riesgos asociados con la caja de ahorros: ¿Dónde están colocados los ahorros? ¿Qué tan fácil es retirar de ahí el dinero? ¿Qué pasa con esos fondos si la empresa quiebra?

¿Ahorrar para la vejez, conformarse con la pensión del Seguro Social, o invertir en fondos de retiro?

Nuevamente estamos ante una decisión personal. Recuerdo un chiste en bachillerato que decía: “vive de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos” que es una filosofía de vida válida para algunos. En lo personal, preferiría no ser una carga económica para mis hijos y no contaría con la pensión del Seguro Social para vivir en el futuro. Aunque reconozco que, lamentablemente, es la única opción con la que cuentan muchos venezolanos.

Hay productos financieros que permiten ir ahorrando para el futuro: los fondos de retiro son uno de ellos. Algunos son en dólares, otros en bolívares. Los instrumentos en bolívares tienen el mismo problema que los ahorros en Venezuela: pierden rápidamente su poder adquisitivo. En dólares también lo pierden pero más lentamente. Lo ideal para el retiro es contar con un abanico de opciones: el Seguro Social, la caja de ahorros de la empresa o el plan de jubilación, ahorros propios, e inversiones. Mi abuelo preparó su retiro invirtiendo en bienes raíces, afortunadamente ya no estaba vivo cuando le invadieron su inmueble. Mi padre se retiro con una combinación de ahorros y pensión universitaria, los cuales, cada día, con la inflación, le alcanzaban menos. En mi caso estoy tratando de ver como coloco los huevos en diferentes canastas, que si una se cae no se rompan todos. No es una tarea fácil cuando se vive de un sueldo.