sábado, 5 de diciembre de 2009

El difícil arte de ahorrar

Ernesto Hontoria López
(Marzo 2006)

¿Ahorrar? ¿Qué es eso? –Cabría preguntarse-. Se ha vuelto tan difícil que pocos en este país pueden hacerlo. Ahorrar es “guardar dinero como previsión para necesidades futuras” (DRAE). Lo cual lleva implícito forzosamente que las necesidades básicas están cubiertas. No puede pensar en ahorrar (y tampoco en el futuro) quien a duras penas sobrevive. No se puede guardar cuando no se tiene qué.

Para ahorrar es imprescindible que exista un exceso de recursos y se fijen prioridades. La primera condición sola no basta porque las necesidades de las personas aumentan en la misma medida en que aumentan sus posibilidades. Una vez cubiertas las necesidades básicas (biológicas) nuestro subconsciente neoliberal y salvaje comienza a crear nuevas necesidades (de orden sarcásticamente ‘social’) que, si damos rienda suelta a su satisfacción, los gastos serían interminables. Son ejemplos de estas necesidades de orden social: el teléfono celular, vestir a la moda, un buen televisor en casa, televisión por cable, zapatos de marca, etc.

De manera que ahorrar requiere forzosamente que las personas definan sus prioridades y se fijen metas. Si la meta es comprarse un carro y es una prioridad para la persona, entonces deberá apretarse el cinturón y dejar de gastar en pintas, en el celular y en las rumbitas. Cabe comentar que este mismo principio aplica a los países. Un país que no tiene claras sus metas y prioridades puede malbaratar fácilmente sus recursos. Si, por ejemplo, sus metas prioritarias son sus hospitales, sus cárceles, la educación de su gente, y sus vías de comunicación deberá concentrar sus recursos en esto y restringir sus otros gastos.

Sorteados los dos primeros escollos que tiene el ahorro (generar más ingresos que gastos y saber que es lo que se quiere en la vida), queda por determinar cómo y dónde se va a ahorrar. Si la meta es comprar algún bien en el corto o mediano plazo (no más de dos años), el ahorro en bolívares luce -en este momento- adecuado. Quienes gobiernan al país han manifestado su intención de mantener el tipo de cambio estable y la fortaleza de los ingresos petroleros sugiere que pueden lograrlo. Según esta premisa conviene ahorrar en bolívares con tasas de interés que sobrepasen el 10%.

Una estrategia de ahorro en bolívares a mediano plazo comienza con la libreta de ahorros y pasa por los certificados de depósitos, los papeles comerciales y los papeles de deuda pública.

Cuando la meta es ahorrar a largo plazo, las cuentas bancarias en bolívares no lucen atractivas. La razón: la experiencia nos dice que con medidas económicas similares a las que se están aplicando, tarde o temprano llega la devaluación que disuelve el valor de los bolívares y por ende el de los ahorros en esta moneda. Tradicionalmente, los venezolanos con algún poder adquisitivo han visto en los bienes raíces una manera de protegerse de estos ajustes monetarios. Hoy en día, tampoco estas inversiones lucen seguras.

Algunas instituciones financieras han ideado formas de atender el ahorro a largo plazo, en bolívares, protegiéndolos medianamente de la perdida de valor de la moneda. También existen en el país instituciones que ofrecen planes de ahorros en monedas fuertes, accesibles para las clases media y alta.

Finalmente, el gobierno, a través de las emisiones de bonos en euros o dólares pagaderos en bolívares, ha abierto también una puerta para los miembros de esas mismas clases que buscan ahorrar en divisas.

lunes, 16 de noviembre de 2009

¿QUÉ HACER CON LAS UTILIDADES?

Ernesto Hontoria López (Nov. 2004)

Si usted es uno de los afortunados qué recibió o está por recibir utilidades
y no sabe qué es lo que más le conviene, ¡tiene suerte! Otros en su lugar ya se
las gastaron y la mayoría de los venezolanos no espera recibirlas. De manera
que usted pertenece a un privilegiado grupo de personas medianamente bien
empleadas. Al menos en este aspecto considérese V.I.P.
Con las utilidades usted tiene múltiples opciones: (a) pagar deudas, (b)
invertirlas, (c) ahorrarlas, (d) gastarlas, (e) comprar dólares, (f) donarlas o (g)
perderlas, amén de las combinaciones que puede lograr entre las distintas
opciones. Este escrito argumenta sobre las primeras 5 opciones, las dos últimas
las dejamos a su imaginación.

TARJETAS DE CRÉDITO

La primera prueba que deben superar las utilidades son las tarjetas de
crédito (claro, si usted posee alguna). Si el monto deudor que usted tiene en sus
tarjetas de crédito se ha venido incrementando mes a mes a pesar de sus pagos
mensuales, esto podría ser una indicación de que sus gastos mensuales
superan sus ingresos. Si éste es su caso es recomendable que use las
utilidades para pagar las tarjetas antes de que los intereses lo devoren. Además,
busque la manera de reducir sus gastos o aumentar los ingresos.
Las deudas, en general, deberían constituir la primera prioridad de las
utilidades. Pero, esto no indica que usted debe salir corriendo a cancelarlas
todas. Vivir con cierto nivel de endeudamiento puede ser provechoso. Es
importante entender que no todas las deudas son iguales.

DEUDAS DE DEUDAS

Los créditos de política habitacional, algunos créditos hipotecarios con
tasa fija y otros para la adquisición de automóviles no conviene pagarlos
apresuradamente. En mi opinión, si usted cuenta con un crédito en bolívares
cuya tasa de interés es fija y no supera el 20%, ¡Disfrútelo! No lo pague con sus
utilidades, a menos que usted no tenga nada mejor que hacer con ellas.
De las deudas que usted debe procurar salir rápidamente son las que
tienen altas tasas de interés (las tarjetas de crédito suelen superar el 40%) y las
que tienen tasas variables. Cualquier deuda que le cobre más de 25% de interés
es indeseable. El principio rector es éste: si usted no puede obtener un
rendimiento por su dinero mayor que el que le exigen sus acreedores, pague sus
deudas.

INVERTIR O GASTAR

Comprarse un carro no es una inversión a menos que usted lo vaya a
utilizar como taxi. Por lo general, tener vehículo es más costoso que no tenerlo.
De manera que si piensa invertir sus utilidades no compre un vehículo pensando
que es una inversión. Asuma las cosas como son: un carro es un gasto. El mito
de que los carros ganan valor se cae cuando se lleva su precio a dólares.
Una lavadora tampoco es una inversión a menos que usted tenga una
lavandería. Tampoco lo es una computadora, a menos que usted trabaje con ella
y le genere ingresos. Así que, si usted no necesita otra lavadora no la compre
para protegerse de la inflación. Gaste con inteligencia. Compre lo que necesita o
sabe que va a necesitar. Llenarse de trastos para protegerse de la inflación no
es su mejor opción. Sólo son inversiones las que producen o ahorran dinero.
Si decide invertir sus utilidades en un negocio debe tener en cuenta que
su dinero debe generarle ingresos por sí mismo (ganancia del capital) y no
confundir la compensación que usted se merece por su trabajo en el nuevo
negocio, con el rendimiento que le deberían dar por sí solas las utilidades. Antes
de invertir en un negocio, cerciórese de que las ganancias que usted recibirá por
su inversión serán mayores que las de cualquier otra opción que tenga para
colocar su dinero. Ejemplo, si usted tiene deudas en sus tarjetas al 40% no
invierta en ningún negocio que le rinda menos del 40%; sería preferible pagar las
tarjetas.
Antes de invertir es recomendable hacer un plan que contemple, al
menos, un análisis del mercado y un análisis financiero. La gente suele ser
optimista al momento de invertir y poco perseverante al enfrentar la realidad.
Existen técnicas para valorar las inversiones que pueden ayudarlo a tomar
mejores decisiones.

INVERTIR EN INMUEBLES

Los bienes raíces suelen considerarse como inversiones seguras. Si están
destinadas al alquiler pueden proporcionar una renta y, a la vez, proteger su
dinero de la inflación. Pero, ¡ojo! no están libres de riesgo: le puede tocar un
inquilino malapaga, un Cesar Augusto que le ponga la casa patas arriba, o peor
aún, podría convertirse en el capricho de algún invasor de oficio.
Adicionalmente, hay que considerar que los inmuebles pueden perder valor si se
deteriora el vecindario en el que se encuentran.
Si usted está pensando en su vivienda principal seguramente un inmueble
le dará la sensación de seguridad.

AHORRAR EN BOLÍVARES

Si usted decide ahorrar sus utilidades, las cuentas de ahorros le ofrecen
en este momento tasas de interés entre 12% y 13%; sin embargo, el estimado
de inflación para el próximo año (según el presupuesto del gobierno) es de 15%.
Es decir, si usted ahorra 100 mil bolívares, tendrá dentro de un año un poco más
de 120 mil o 130 mil bolívares, pero lo que hoy puede comprar con esos 100 mil
bolívares en un año le costará 150 mil bolívares. Esto significa que, si usted
mete su dinero en una cuenta de ahorros, mañana podrá comprar menos cosas
de las que hoy compra con ese dinero.
Ahorrar en bolívares no parece una buena opción, aunque ciertamente es
mejor que tener el dinero bajo el colchón. Si usted está pensando en ahorrar a
largo plazo no lo haga en bolívares.
No ahorre al 12% cuando tiene deudas al 20%.

INVERSIONES EN DÓLARES

Una gran parte de las personas que tienen cuentas, en dólares, fuera del
país, manejan los llamados "Money Market”, que son semejantes a cuentas de
ahorros con chequera. El rendimiento de estas cuentas ha estado en el último
par de años alrededor del 1% anual, lo cual es bastante bajo. A partir de los 10
mil dólares las personas tienen acceso a atractivos instrumentos de renta fija y
renta variable. Entre estos instrumentos destacan los fondos mutuales, el
mercado accionario y los bonos corporativos y soberanos.
Cada opción de inversión tiene asociada un riesgo y un potencial de
generar ganancias. La regla del mercado es: a mayor riesgo mayor posibilidad
de ganancia. En otras palabras, el que quiere ganar más debe arriesgar más.
Las cuentas “Money Market”, las de ahorros y las corrientes, están garantizadas,
en Estados Unidos, hasta cierto monto, por una agencia federal de ese país. Es
decir, son instrumentos muy seguros y por ello ofrecen rendimientos tan bajos.
Cuando usted invierte en fondos mutuales, bonos corporativos o acciones, las
inversiones no están protegidas, corren a su propio riesgo. Si usted decide
comprar el nuevo bono emitido por La Electricidad de Caracas en el mercado de
EE.UU, usted puede obtener un rendimiento de casi 10% anuales en dólares
(bastante más que el 1% del Money Market), pero si esa empresa incumple el
pago, ninguna agencia federal responderá por ello.
Tres cosas son importantes tener en cuenta: 1) no invierta en este tipo de
instrumentos los recursos que usted piense pueda necesitar en el corto plazo;
estas son inversiones a largo plazo (podría serle costoso deshacerse de ellas
antes de tiempo). 2) Los rendimientos de las acciones suelen ser más volátiles
(tienen mayor riesgo) que los de los bonos, y también suelen ofrecer a largo
plazo mayores ganancias. 3) No hay nada seguro en la vida; no compre
promesas: ¡existe el riesgo!

FONDOS MUTUALES

Los fondos mutuales son, por decirlo en cristiano, unos potes gigantescos
y por lo regular bien administrados en los que la gente se ha puesto de acuerdo
para invertir los reales comunes en un grupo de bonos o acciones. Por ejemplo,
hay fondos especializados en deuda de países emergentes, otros en acciones
de empresas norteamericanas, otros en deuda de la reserva federal de los
Estados Unidos, y así una infinidad de fondos mutuales para casi cualquier
gusto.
Cuando usted decide meter sus dólares en un fondo mutual, lo que hace
es comprar una participación en el pote. De manera que una parte de los
rendimientos o las pérdidas de ese pote corresponderán a su bolsillo. Los fondos
mutuales son carteras administradas, es decir, hay unas personas encargadas
de decidir cómo invertir los recursos del pote (cuándo compran y venden los
bonos o acciones que generan el rendimiento). Como es de esperar esas
personas cobran a los accionistas del fondo por su trabajo.
La gracia del fondo mutual es que el riesgo está distribuido entre varias
acciones o bonos haciéndolos menos vulnerable a la suerte de una empresa.

ÍNDICES DE ACCIONES

Los índices de acciones son carteras no administradas (a diferencia de los
fondos mutuales). En términos coloquiales, un índice es un saco en el que hay
acciones de distintas empresas que cotizan en determinada bolsa. Es como
cuando usted va al supermercado a comprar las verduras: usted puede ponerse
a escoger una a una las verduras que necesita, o tomar del mostrador esas
bandejas plastificadas con una selección de verduras ya peladas y listas. En la
bolsa de Nueva York, pongamos por caso, pasa algo similar: usted tiene la
opción de escoger una a una las acciones que usted quiera para su portafolio, o
comprar un índice de acciones con 15, 30, 100 o 500 acciones representativas
de algún sector, industria o mercado. La ventaja de estos índices es que lo
liberan del trabajón que significa ponerse a escoger las acciones y le pueden dar
una buena diversificación del riesgo. El Standard & Poor 500, por ejemplo, es un
índice formado por 500 acciones de distintos sectores de la economía
norteamericana; al comprar este índice usted se convierte en accionista de 500
empresas en una sola transacción. Como nadie administra ese índice, usted no
tiene que pagar nada por ese concepto.

BONOS CORPORATIVOS Y SOBERANOS

A diferencia de las acciones, que son porciones del capital de una
empresa, los bonos son obligaciones de pago (deuda) que las empresas y los
estados emiten para conseguir el dinero que necesitan para sus inversiones. En
los mercados de bonos se negocian, tanto la deuda soberana de los países,
como la deuda de corporaciones como Ford o General Motors, IBM, etc. A
través de los mercados de bonos usted puede comprar deuda externa de
Venezuela, Brasil y Colombia y convertirse automáticamente en uno de esos
explotadores sin sentimientos de los países tercermundistas. Pero, también
puede optar -siguiendo la lógica del discurso revolucionario- por convertirse en
un explotador de los Estados Unidos comprando los bonos del tesoro de ese
país, o vengarse de los precios de IBM comprando sus bonos.
A través de una cartera de bonos usted puede conseguir que sus dólares
ganen más del 5% anual con un riesgo bien medido. Existen diferentes
estrategias para diversificar el riesgo de una cartera de bonos.